lunes, 25 de agosto de 2008

Tierra mojada

La tarde -como todas las larguísimas y tediosas tardes de verano- había pasado entre siesta, música y copazo reanimador (bien cargado, please) aderezado con algún "psicolabis" típico de Virginia Point ( sí, sí: eso mismo). Ducha intentando volver al puto mundo lo más rápido posible -no sé pa qué, la verdad- y más "psicolabis" y más copazo reanimador ( que sí hombre que sí, bien cargado). Ahora, a dar una vueltecita sin rumbo y otra vez para casa... Un momento... huele... huele a tierra recién mojada. ¡Ummmm!
No es un perfume, ni un aroma, quizás parezca más una fragancia; en cualquier caso es un olor de niñez, de planeta vivo, de mágica unión entre la Naturaleza y alguna parte recóndita del ser humano que se reactiva al recibirlo.
La vista es maravillosa y no lo son menos los demás sentidos corporales. A través de cualquiera de ellos es posible alcanzar momentos de verdadero placer. Sin embargo, este olor a tierra recién mojada tras un agotador verano de sol, es distinto; activa al resto de sensaciones, llega a todo el organismo y lo hace vibrar en conexión con no se sabe qué parte de la creación...
... Alguien había regado un arriate a la caída del sol: por desgracia, no llovía. Es pronto aún para las primeras lluvias, aunque tendrán que llegar algún día. Espero que no tarden demasiado, para poder así volver a catar ese característico olor impreso en el recuerdo desde antes de siempre, pero también siempre nuevo al final de cada verano.

El sofá, la tele y todas esas cosas que dije al principio, me esperan implacables.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mmmmmmm!! a mí tb me gusta ese olor.

Uno kisses